Blogia
POEMAS DEL FÉNIX

Bella Naturaleza

Lindas amapolas del campo,
lindas rosas, margaritas,
venid hacia mí cantando
con esa voz tan marchita.

Lindos bambis de los bosques,
venid hacia mí brincando,
reflejando vuestra alegría
cuando llegué el nuevo día.

Salvajes y temibles fieras,
venid en paz y serenos,
leones, tigres de la selva,
venid a mí con sigilo.

Animales, fieras bellas,
hermosas rosas marchitas,
venid a mí margaritas,
que os premiaré siendo estrellas.

Vosotras guías de luz,
vacías de oscuridad,
haced de mí un capullo
o semillas que se han de sembrar.

¡Oh, noche!
Llamad a mi madre...

El verano

El sigilo a las cinco de la tarde,
un rayo reflejado en la ventana,
tiempo de calor y fantasías
perdidas en el desierto de mi mente.

El pleno mediodía refulgente,
huyendo del calor de los hogares,
hay niños saliendo de sus casas
a jugar ante el ardor, ya nada importa.

Llenas las calles a las siete de la tarde,
huyendo del calor salen con ropa corta,
rugiendo como leones liberados de ser presos,
humanos, más bestias, solo por helados.

Las nueve de la noche van llegando,
las terrazas ahora están llenas de gente,
pues la noche es larga, ya la hora no importa.

Y en medio de la noche, el ulular de grillos,
que cantan sin cesar, los hombres ya dormidos,
y en el árbol una sombra que asusta,
pero que hace que el viento cese,
que el viento termine.

Las Estaciones

Ha llegado ya el inviernos,
con sus capitas de nieve,
ya ha terminado el otoño,
ya no vienta, ya no llueve.

Los árboles ya son palos,
sin más adorno que nieve,
que esperan que venga el viento
y que pronto se la lleve.

Por las ventanas los niños
miran con preocupación
y para poder jugar
esperan que salga el sol.

Noches oscuras y frías
del frío invierno nevado;
en las casas encerrados,
en mil mantas arropados.

Se ven poquísimas huellas
de gente se ven pisadas,
que la triste vida invernal
pronto acaba, pronto acaba.

Los patios desiertos se encuentran,
todos refugiados en casa,
manoplas, guantes, bufandas
llevan los pocos que pasan.

Las flores marchitadas,
los geranios ya caídos,
toda la flora parada,
no crecen las florecillas.

Llegan ya los pajarillos
con su canto singular,
ya van por ahí con sus plumas,
canturreando sin parar.

Por fin llega la primavera
con su bella fauna ya,
se oye a los pequeños,
a los niños se les oye jugar.

Juegan al escondite,
cuentan "uno, dos y tres",
y si uno encuentra a otro
dice en alto "Te pillé".

El sol se vuelve más fuerte,
lanza rayos a la par,
y si no nos abrasamos
al venir pronto el verano
y no haber como éste igual.

Todos los ventiladores
funcionando sin parar,
aparatos de cuatro aspas,
que dan vueltas sin parar.

Las heladerías llenas,
vendiendo helados a la par,
los sabores dan igual,
todos los han de comprar.

Van cayendo ya las hojas,
las noches algo más frías;
agua de lluvia a montones,
ya acabará la sequía.

Los colegiales ya van
por el camino a la escuela,
la carretera de coches llena,
por la calle de Alcalá.

Los árboles se van desnudando,
las hojas ya ven cayendo
y el hombre que está ahí sentado,
dice que llega el invierno...

Otra vez vuelta a empezar.

0 comentarios