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POEMAS DEL FÉNIX

Amor

La paloma perdida

Un día nacieron dos palomitas,
más el padre tiempo no tuvo para ellas,
él soñaba con ser un gran palomo,
para que luego todo el mundo le admirase.

A una de muy chica desprendió de suya,
por no dejarle emprender el vuelo
y llorar antes de que se marchase
aquel que para ellas iba a ser un buen padre.

A esa que desprendieron de chica
no le encontraron buen rumbo,
fue a parar con palomos más mayores
y volare ya no pudo en libertad.

Los palomos más grandes reíanse de ella
y, no encontró el correcto camino,
espero que lo encuentre pronto
y que encuentre su destino.

El crimen

La cartera que llevaba
un día se me perdió,
corriendo a comisaría,
el susto de ello me llevó.

Allí estaba una mujer,
que llorando se encontraba,
me sentí afortunado,
y decidí preguntarla.

Acudía a denunciar
al cabrón de su marido,
que preñada la pegó
y la hizo perder un hijo.

Un crimen hubo esa tarde
y por la noche oye al niño,
"¡No me mates, no me mates!",
le pedía el bebé a gritos.

Fruto de una noche loca
el bebé no llegó a buen puerto,
iba a convertirse en feto,
pero se ahogó en el desierto.

Los padres de ella gritaron,
y locos de ira mataron
a ese cruel hombre que había
de un vientre despojado
al que su hijo a ser iba.

Y lloraron todos esa noche,
por honra muchos murieron,
y con esta gran tragedia,
cambiaron del pensamiento.

Todos merecen la vida,
y esa noche dos perdieron,
por cuestiones no deseadas,
dos personas perecieron.

Una por ser bebé
y otra por matar a un hijo,
es más justa la del padre,
que la muerte del buen niño.
Pero las dos son muertes.

Y llegando a esto,
la joven mujer vio
que un hijo es mucho más
que una gran noche de cama.